BLACK & WHITE
La presencia de la estética duchamniana no deja de sorprendernos en el paisaje y las costumbres de este pueblo.
La mirada de unión del pasado con el presente, la dualidad de los opuestos- blanco/negro, día/noche, interior/exterior, femenino/masculino, arriba/abajo...- en equilibrio a través del símbolo de la sal.
Esta escultura cinética que aparentemente no es comparable con nada, ya que resulta dada y surrealista por no cumplir con ninguna función ni representar aparentemente nada, donde su sillín es un taburete de madera apoyado en el suelo, que impide que la rueda cumpla su función habitual al quedar en sentido contrario, alzándose hacia arriba. Pero en este paisaje salinero es una constante que se manifiesta en cada molino que vemos. Son monumentos duchamnianos repartidos por el campo, estructuras de molino que sobreviven al paso del tiempo, por ser de piedra y hierro, y que no tienen aspas, sólo su esqueleto circular igual que la rueda que ya no tiene neumático y tampoco puede cumplir su función.
La visión erótica de Duchamp sugiere que el blanco taburete corresponde con la feminidad mientras que la rueda que implica movimiento constante clavada en el taburete tiene connotaciones masculinas.
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